Reunidos en asamblea, los
trabajadores del Ayuntamiento de Pinto encerrados en la biblioteca “Javier
Lapeña”, acordamos:
Continuar con nuestro encierro
hasta al menos la siguiente reunión de la Mesa de Negociación, convocada para
acordar el calendario laboral del año que viene, con la esperanza puesta en que
el Equipo de Gobierno se digne a conceder ese mínimo necesario para retomar la
negociación de las retribuciones por ILT y nuestra paga sustraída, y que sin
embargo seguimos cotizando como si la cobrásemos.
Así pues, seguiremos encerrados
un día más.
Desmentidos:
El Concejal de Recursos
Humanos, Sr. Padilla, declaró a la revista ZigZag: “La baja laboral por
enfermedad común de los empleados municipales ha supuesto 150.000 € al
consistorio sólo entre los meses de junio y septiembre”.
¡MENTIRA!. Se les olvidó decir
entre los meses de junio de 2011 y septiembre de 2012. Parece lo mismo, pero no
lo es. Lo que bajo sus declaraciones parecen 4 meses pasan a ser en realidad 16
meses.
La señora Alcaldesa, Miriam
Rabaneda, manifestó a la revista ZigZag: “esa mala imagen que se tiene de
algunos trabajadores públicos se debe en parte al absentismo, y en Pinto hay
funcionarios muy cualificados y trabajadores que no se merecen esa imagen. La
decisión que hemos tomado respecto a las bajas va a permitir bajar el
absentismo a la vez que nos ayudará a cumplir con nuestra idea de no despedir a
ningún trabajador. Los pinteños, y sobre todo los trabajadores municipales,
deben saber que al tomar esta medida conseguimos ahorrar lo suficiente para
poder mantener más de seis puestos de trabajo.”
Unidas a las declaraciones
anteriores, lo que hacen es criminalizar a los trabajadores diciendo que nos
dedicamos a llevarnos dinero sin merecerlo; es decir, fingimos nuestras
enfermedades para cobrar sin trabajar. Y si con ese dinero se pueden mantener
más de seis puestos de trabajo, qué no se podrá hacer con los más de 600.000 €
que destinan al conjunto de asesores políticos elegidos a dedo, cuyas funciones
son más políticas que laborales, y que suponen un lujo que no pueden
permitirse.
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